lunes, 25 de agosto de 2008

No puedo creerlo

(Aclaración: hecho sucedido algún tiempo atrás)

No puedo creerlo. Es la frase que me repito constantemente después de lo sucedido, o mejor dicho de lo que casi sucede. Nunca me había pasado esto antes. Nunca. Simplemente no puedo creerlo.

Increíble. Insólito, inaudito, inconcebible, inexplicable. Llámenle como quieran, yo simplemente no puedo creerlo.

Todo empieza un sábado, de forma tranquila y algo aburrida (por mi culpa), y continúa un miércoles. Ese día Romina y yo vamos al cine, luego a tomar algo y después, camino a su casa, nos besamos, y mucho. Hasta ahí todo bien, hasta ahí todo normal.

Es domingo y estamos en la tercera salida. Vamos al centro de Lima, a una exposición, y luego vamos a tomar Pisco Sour al bar del Hotel Bolivar.

Romina y yo conversamos por un buen rato, filosofamos, discutimos, bromeamos. Poco a poco vamos acercándonos. Desde hace horas que quiero besarla nuevamente, pero no me atrevo, aunque el deseo de hacerlo es casi incontenible. Nos acercamos más, y la proximidad, y quizás también el alcohol (que me quita un poco lo cobarde), hacen que besarla me sea más fácil. Y lo hago.

Ella me corresponde de buena manera, y así nos quedamos por varios minutos, besándonos, y jugando con nuestras manos. Perfecto. Todo va bien, todo es normal, natural.

Salimos del bar y mientras estamos frente a la Plaza San Martín, nos besamos nuevamente. Caminos un metro y nos besamos de nuevo. Y así seguimos, besándonos y juntando nuestros cuerpos, juntándolos mucho.

Vamos al bar Queirolo, pero está cerrado. Entonces, además de besarnos, empezamos a tocarnos. De regreso a la Plaza seguimos con los toqueteos y los besos. Entonces ella me muestra lo que está usando bajo el pantalón. Es un hilo dental. Mis dedos juegan por ahí y la excitación aumenta. Todo indica que será una gran noche.

En la calle pasamos por un lugar con iluminación tenue y nos quedamos en un lugar en el que puedo sentarme. Romina junta su cuerpo al mío y empieza a mover la pelvis, a hacer presión sobre mi parte “más delicada”. De pronto, mientras hace unos movimientos más fuertes y marcados, me dice que a ella siempre le gusta ir arriba, y sin dejar de hacer esos movimientos, añade: “esta es la del caballito – de atrás hacia adelante –, y está es la del conejito – de arriba hacia abajo –“. Habla sobre posiciones sexuales.

Estoy totalmente excitado y pienso en sugerir ir a otro lugar más cómodo, pero Romina se me adelanta. Dice un par de cosas, palabras sueltas entra las que sobresalen “tirar”, “telo”, “¿quieres ir, no?”. Sin embargo lo dice de manera ambigua, no sé si me lo está sugiriendo o sólo me está diciendo lo que cree – acertadamente – que estoy pensando.

Después de unos minutos, nos dirigimos a la avenida Aviación, donde hay algunos lugares para tomar, y hoteles también. Hasta ahora, todo está siguiendo el curso natural de las cosas, todo va bien, todo es excitante, todo es prometedor.
Ya en el taxi, seguimos besándonos y yo llevo mi mano a su “zona celestial”. Intento abrirle el pantalón y ella me ayuda. Entonces voy por debajo de su ropa interior, toco y compruebo que Romina está tan excitada como yo. Y ya no me quedan dudas cuando ella corresponde a mis tocamientos.

Llegamos a Aviación y empezamos a caminar, sin dejar de tocarnos y besarnos. Entonces ella me dice que todo le parece muy rápido, y empieza a dudar. Pero después parece que todo se le olvida y me da muestras de clara excitación.

Entramos a uno de los tantos hostales que hay por la zona. El edificio no tiene ascensor y Romina se niega a subir por las escaleras. Así que nos vamos. Empiezo a impacientarme.

Después de caminar mucho encontramos un lugar “acogedor” y entramos. Pasamos por recepción y subimos a una habitación. Entonces todo se vuelve una mezcla de besos, movimientos y juego de manos, mientras caemos en la cama… pero aun seguimos vestidos.

Con la ayuda de Romina me saco toda la parte de abajo. Después, la beso en el cuello, y luego más abajo. Al llegar a sus pechos ella se quita la parte de arriba y puedo hacerlo plácidamente. Sigo bajando. Entonces ella se baja el pantalón y el “hilo” hasta la rodilla, pero no los baja más. Sigo bajando, recorriendo su cuerpo con mis labios, y paso unos segundos “ahí”, algo incomodo porque tiene las piernas juntas, debido al pantalón. Ahí empieza lo raro.

Subo nuevamente e intento entrar en ella, pero no puedo. Sus piernas no me lo permiten. Le digo que se quite el pantalón de una vez, pero no quiere, y entonces me dice que ella quiere ir con calma. Pienso que ir con calma no es mostrarme todo y tocarme todo también. Así que insisto de buena manera, pero ella duda. Se sube nuevamente el pantalón y minutos después lo vuelve a bajar. Increíble.

Así sucede varias veces, parece que por fin está lista, pero sucede algo y se arrepiente. Mis dedos recorren su entrepierna, no tengo dudas que sigue excitada, pero algo la limita. Yo le hago de todo con mis manos y con mi boca, pero no logro entrar en ella. No se deja. Es obvio que si quiere. Pero no se deja.

Me levanto y le digo que mejor nos vamos. Entonces ella me dice que todos los hombres somos iguales, que ella quiere ir con calma y que no la comprendo; que si lo hacemos esa noche, seguramente no la llamaría al día siguiente.

Yo no sé si reírme o molestarme. Según yo, ir despacio, ir con calma, no es hacer lo que estamos haciendo, no es tenerla casi desnuda debajo de mí ni haberle hecho lo que le hice.

Me quedo en silencio a su lado. De pronto ella lleva su mano a mis partes bajas y empieza a estimularme, y entonces me dice lo que esperaba oír: “ven, hagámoslo”. Empezamos nuevamente, pero cuando intento quitarle las botas, esas malditas botas que no pude sacarle en toda la noche, no me deja, se arrepiente otra vez, me dice que ella no quiere que todo sea tan fácil, porque lo fácil se acaba rápido, y ella quiere que nos sigamos viendo.

“No puedo creerlo”. Es lo que le digo. Ella me pide que la comprenda, y yo, torpe y condescendiente como siempre, le digo que no se preocupe, pero que simplemente no puedo creerlo.

Después de un buen rato de nuevos amagos en los que parecía ceder, decidimos irnos.

Camino a su casa me abraza y me dice que le tenga paciencia. Yo sigo con la duda de reírme o molestarme, no sé que siento en ese momento. Lo único que le digo es: no puedo creerlo… no puedo creerlo. Y nos besamos.

Después de dejarla en su casa, y rumbo a la mía, recibo un mensaje al celular. Es Romina. Me dice que la disculpe, que le tenga paciencia. Entonces le respondo. Le digo que no se preocupe, que todo está bien. Y concluyo el mensaje con la frase que me acompañará los próximos días: No puedo creerlo.

24 comentarios:

JoseLo dijo...

tal cual como cuando se susurro a mis oidos
jaja
que buenas canciones, se te van ssaliendo las raices

esta historia es digna del zar

Dennisa Enmarañada dijo...

o_O si que te gusta salir con locas no???

:)

Yo creo q no se sacó el pantalón porque de repente no se había depilado las piernas xD tienes que pensar en todo pues!!...

Y con respecto a la rica cumbia, pues ni modo, la globalización llegó a tu blog...haha

Kisses**

Cys dijo...

Que tal loca! O seaaaa hace el conejito en plena calle, ella misma sugiere ir al telo y luego te sale con eso. No depende de que te tomen en serio si tienes sexo o no en la tercera cita, pero quién tomaría en serio a una tipa que te sale con esos juegos retorcidos?

Parece que a denisa le ha pasado lo de la depilada y por eso sabe, jejeje.

maria. dijo...

estan locas.
(!)

justo hoy que andaba con todas las de extraniar lima. me paseas por el centro y me invitas un pisco sour del bolivar....
gracias.
un abrazo.

Anónimo dijo...

claaaro...con razón me choteaste la visita a la expo noooo...por otro lado, pq me haces leer esto? aaaaaaaaah jajajajaaj cómo no hay esas caritas que me pones en el msn jajajaja. Paciencia nomás puma. Dices que escuchaste esas canciones en el bus...para mi que tienes el cd en tu casa y te haces el loco hahahajaaj. Un beso y a ver cuaaando nos vamos a tomar un pisco sour :)

Adriana dijo...

Uyy Romina necesita ayuda urgente... pobre chica.
Buscate una novia mas sana darling
Y lo de la depilada puede ser, pucha si me ha sucedido, es roche... al final le dije nomas "mmm no me he depilado"
Besos

Anónimo dijo...

Un gusto José. Me presento, ya conociéndonos como dos grandes desconocidos.

Romina no es un buen nombre a mi parecer, tal vez Malena, o mejor aun Alejandra. Bueno, cuestión de gustos dicen.

Me encantó la historia, injusta eso sí, pero buena historia. Envidiable historia, pero -insisto- injusta.

Romina (o Malena, o Alejandra) según pude entender no quiere ser un "Ave de paso" (primera canción que debía acompañar el relato, a mi modesta opinión) sino más bien una "Cecilia" ("Cecilia duerme bien acompañada, porque a menudo la acompaño yo" canta uno de los Enemigos Íntimos, y segunda canción recomendada)

Vamos, el camino está trazado, brindaré por ustedes desde esta helada ciudad que todavía se niega a cobijarme.

Disculpa la extrema impertinencia, pero como dije al incio, me siento un desconocido conocido.

J^P

Chio dijo...

Ya me imagino como habrás quedado O_o

Pero nada, si acepto ir a un hotel, creo que era porque ya queria no? q raro, yo tampoco puedo creerlo.

En fin.

Te rendiste ala cotidianeidad de historias de cumbia jeje

ando... dijo...

Lástima mi amigo, pero las mujeres están todas locas, por eso el hombre es paciente por naturaleza...
o eso nos gusta pensar.
Y por el amor de Dios, quítale las botas de una vez!

un abrazo

RacuRock dijo...

para la proxima que lleve faldita pe

PIER dijo...

Jo!..
Es que imagino la situación y me entra la risa tonta..
Madre mia!.. si lo que quria era llevar las cosas con calma entonces, era mejor no subir al hotel, o no comenzar a calentar las cosas..

Pero bueno cada quien lleva el control cuando quiere. y cuando es un NO.. Lleno de dudas es mejor esperar..

abrazos.

El perro andaluz dijo...

Ay! a esas "calientavohue", las detesto con toda la...rabia.

Esteban Ramon dijo...

Mujeres locas.

|andi.na| dijo...

cielos...
hiciste que recordara cuando era virgen y temía hacerlo.

qué tontas somos las mujeres

Imagino que después de esto, recurriste al onanismo. Yo lo hubiese hecho.

Saludos verdes y gracias de nuevo :)

Habitarás mi ocaso dijo...

Un ejemplar de mujer histerica... Que deja mal parado al género femenino.

Supongo que tenes que aprender a ser paciente... o saber identificar a este estereotipo a la distancia y evadirlo.

Besos

Unknown dijo...

azu, bueno media safada no? ahora una mujer siempre tiene que tener las piernas depiladas uno nunca sabe lo que puede pasar.
Paciencia campeon, o mas facil buscate otra. Experiencias Experiencias.

Manuel Diaz Ibañez dijo...

Perfecto acompñamiento musical. Es mas, ahora soy fanatico compulsivo de los Hermanos Yaipen.

Rolando Escaró dijo...

yo tampoco puedo creerlo...

Anna dijo...

jajajaja esas cumbias le dieron el toque final al post xD

Elmo Nofeo dijo...

Lo que yo digo: "No prendas lo que no vas a apagar"

Julius Contreras dijo...

¿y a las finales no quiso...?
Que mala suerte. Yo también lo leo y no lo creo. Me parece que has sido demasiado caballero. Otro conun poquiito menos de juicio se animaliza y hasta es capaz de hacer añicos la ropa.
Bueno, pero esa no es la cuestión: me parece que cuando ya esté preparada el acto será inolvidable.
Eso, claro, si es que no te has quedado con ese clavo y ya no quieras seguir con ella. Abrazos.

Daphne dijo...

Y la volviste a ver o no?

OmaR dijo...

están bien los 'bonustracks'.. me imagino tu despecho XD

Kim Basinguer dijo...

Las mujeres a veces, nos cuesta decidirnos en esos temas, tienes que reconocer que estamos cansadas de que nos llamen "fáciles"cuando dejamos que nos dominen nuestros deseos y a veces se mezcla el deseo del si, con "que pensará de mi" y terminamos hechas un lio...eso,si no estamos con la regla.