lunes, 3 de diciembre de 2007

Trabajo fallido de Redacción Periodística

En el curso de redacción periodística, la profesora nos dijo que alucinaramos que trabajabamos en un diario, y nos envió de "comisión" a diversos sitios para escribir crónicas periodísticas. A mi me tocó McDonalds.

Pero bueno, debido a ciertas circunstancias (y un encuentro), no pude escribir una crónica (al menos no una periodística), sino que me salió cualquier otra cosa (que hasta ahora no sé que será). Eso es lo que cuelgo a continuación, lo que tuvimos que escribir en clase, mi trabajo fallido de redacción periodística.



Y dice así:

(Ni si quiera tiene titulo)


No había desayunado, ni comido nada desde la noche anterior.

Ya era mediodía cuando llegué a la clase de redacción periodística. A esa hora el hambre me invadía, y se presentaba ante mi como un leve dolor de estomago y algunos sonidos no muy agradables.

Cuando entré al salón, que estaba desierto, la profesora me dijo que tenía que ir a algún lugar y escribir sobre éste.

- Que sea algún lugar donde haya comida – dije, buscando la oportunidad de comer algo.
- OK, anda a McDonalds – respondió.

Así que me dirigí al lugar designado.

Crucé el puente de Javier Prado a paso veloz. Quería comer rápido para poder regresar a la clase y tener tiempo de escribir. Sin embargo, cuando bajaba las escaleras, ya del otro lado de la avenida, me di cuenta que junto a mí estaba Milagros, una chica de mi clase de *****, que aunque siempre me ha parecido simpática, nunca me ha caído muy bien que digamos, sobretodo porqué dice cosas, la verdad, estúpidas.

De repente, volteó hacia mí. Después de unos holas me preguntó a dónde iba. Pensé decirle cualquier cosa, para salir rápido del paso y poder por fin irme a comer; pero no se me ocurrió nada. Así que le dije la verdad.

- Voy a McDonalds porque me muero de hambre – respondí mientras empezaba a acelerar el paso – sólo tengo unos minutos para comer y regresar a clase.
- Está bien, vamos, yo también tengo hambre – me contestó sonriendo y mostrando sus blancos y perfectos dientes, rodeados por esos labios que siempre me han gustado tanto.
- Ya pues, vamos – dije resignado.

Caminamos hablando de lo mal que nos caía el profesor de ***** y de los exámenes finales. Le conté que tenía que escribir algo sobre McDonalds. La miré y me di cuenta que en realidad si era linda: cabellos castaños y crespos, ojos negros y algo rasgados (sin llegar a ser orientales), mejillas que se tornaban brevemente rojizas en cualquier momento, un par de cejas oscuritas y marcadas, y muchas pecas, pecas que de lejos no se notan, pero que de cerca se ven esparcidas alegremente por su rostro, y que parecen agruparse en su respingada nariz.

Si tan sólo permaneciera callada, pensé.

Noté que ella estaba con un top (o como se llame esa cosa con tiritas en los hombros), y que al caminar rápidamente, sus pechos saltaban armoniosamente.

De pronto sonó su celular. Se detuvo y empezó a buscarlo en su cartera, desesperada. Lo encontró. Mientras seguía parada empezó a hablar; yo le hacía gestos para que caminara, pero ella me decía, con la mano, que la esperase.

Mierda, puedes caminar y hablar por el celular al mismo tiempo, dije para mis adentros. Pero ella nada, sólo hablaba con una tal Cecilia, sobre la exposición que tenían al día siguiente, las diapositivas y las entrevistas.

Después de unos minutos, justo cuando estaba a punto de decirle que la esperaba en McDonalds, terminó de hablar. Apúrate, le dije secamente. No podía creer que caminar un par de cuadras nos hubiera tomado tanto tiempo.

Por fin llegamos.

Pedí una McPollo (versión “castellana” de McChicken), una gaseosa y papás.

Para mi mala suerte, a Milagros se le ocurrió que pidiésemos todo al mismo tiempo, en lugar de ordenar por cuentas separadas.

Después de hacer mi pedido, me hice a un lado, esperando a que ella ordenase.

Se quedó mirando todas las ofertas que tenía ante sí. Sus ojos recorrían todas las fotos coloridas, mientras su boca se abría levemente y su lengua se asomaba. Era un gesto gracioso, pero empezaba a odiarla. Me moría de hambre.

Ay, no sé qué quiero, me dijo sonriendo. Y nuevamente posó la mirada en las fotos.

Pasaron varios segundos, hasta que arrugó el rostro y dijo: mmm, yo quiero lo mismo. La odié más.

Tan pronto nos dieron los pedidos pasamos a buscar servilletas, sorbetes (?) y salsas. Yo tomé todo rápido y busqué un lugar donde sentarme. Pero Milagros me pidió que la esperase. Porfaa, me dijo. OK, respondí, serio.

Cuando por fin nos sentamos me di cuenta que había pasado bastante tiempo desde que salí del salón. Empecé a comer velozmente.

- Ay, no comas tan rápido pues – me pidió Milagros, mientras tomaba las papas fritas, una por una, lentamente.
- Se me hace tarde, tengo que irme al toque, me has hecho perder mucho tiempo – le contesté.
- Está bien – respondió bajando la voz – yo me como esto camino a la universidad.

Me sentí mal por tratarla así. Pero en realidad no quería perder más tiempo, así que prácticamente engullí todo.

De regreso, empecé a decir las estupideces que siempre digo cuando quiero aparentar ser gracioso o inteligente, e hice que sonriera.

Mentras cruzábamos el puente, Milagros comía su McPollo muy contenta. El viento desordenaba sus largos y castaños cabellos, y sus pecas se veían preciosas.

- Hay que matricularnos en algún curso juntos en verano, ¿ya? – me dijo mientras el sol hacía que entrecerrara los ojos y me parecía muy linda.
- Ya pues – le respondí después de unos segundos, sin saber si creer en mi respuesta o no.


P.D. Felízmente que este trabajo no tenía nota

4 comentarios:

markín dijo...

Los recuerdos quedan cuando algo singular nos ocurre.

Quizá esa cita improvisada te movió el gallinero, o quizá al paso del tiempo quisieras volver al ayer, a ese preciso instante que era tuyo... y ya no más. Ocasiones.

Hasta le das ámbito, en algún lugar de la Javier Prado, soo pretexto de KFC.

Me recuerdas, una más de las maneras de escribir.

Chau.

Canela dijo...

me gustó.
Y se inscrbieron en curso de verano?

PD: gracias por pasar por mi blog.

Saludos, enjoy!!

Anónimo dijo...




Que mal geniado!!!!
jejejeje

Facil se inscribieron en algun curso no??


Gracias por pasar por mi blog...
Es la primera vez que te veo por ahi... No te pierdas... yo amenazo con volver jejeje!


Un besho!


Nathaly dijo...

"...Milagros ... sobretodo porqué dice cosas, la verdad, estúpidas." ¿Como cuáles?

"Mierda, puedes caminar y hablar por el celular al mismo tiempo" ... jajajaja, buenísimo, recuerdo esos "Mierda bla bla bla".

"Yo tomé todo rápido y busqué un lugar donde sentarme. Pero Milagros me pidió que la esperase" ... JAJAJAJAJA ... ya me imagino tu cara de desesperado impaciente.

"... así que prácticamente engullí todo" siempre engulles todo, sigues teniendo esos problemas para pasar la comida ?

Saludotes amigo ... me divierto con lo que escribes